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Último ensayo antes del Mundial

España, un conjunto estable con un modelo definido, tiene su última prueba ante una Argentina envuelta en múltiples cambios (21.30, T5)

Los jugadores de España, en el Wanda Metropolitano. En vídeo, las declaraciones de Lopetegui, De Gea y Thiago sobre Leo Messi.Foto: atlas | Vídeo: JUAN MEDINA (REUTERS) / ATLAS
Diego Torres

“Estoy bien”, dice Messi, sin apenas mover los labios, en el trayecto que va del autobús al hotel, del hotel al autobús, del vestuario al campo y del campo al vestuario. Responde a media voz a las demandas de la multitud de hinchas y reporteros preocupados por las molestias musculares que sufre en su pierna derecha. La información es parcelada y efímera. “Jugará si él quiere jugar”, dicen desde la concentración argentina. "Está ok", indica Sampaoli. Compañeros, entrenadores, fisioterapeutas, médicos, utileros, todos le informan a él y él los vigila economizando gestos. El diez de Argentina es el único signo de permanencia y calma en la selección que este martes (21.30, Telecinco) se mide a España en el Wanda.

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El partido es amistoso y trascendental a la vez. Los 90 minutos del choque servirán de laboratorio de prueba de jugadores e ideas. El último examen antes de la convocatoria definitiva de mayo, previa al Mundial de Rusia. Un cruce de modelos antagónicos. No hay favorito a la Copa del Mundo más atribulado que Argentina, ni hay favorito más estable que España.

Argentina se distingue por mutaciones tajantes, precipitación y un estado permanente de angustia. Desde 2015, cuando comenzó la clasificación mundialista, ha tenido tres seleccionadores, Martino, Bauza y, actualmente, Sampaoli. La comparativa de las estadísticas de la fase de clasificación entre Argentina y España reflejan la brecha existente entre ambos y entre los procesos de competición de América y Europa. España marcó cuatro casi goles por partido y Argentina uno; España remató siete veces y Argentina cuatro; España dio 772 pases y Argentina 475; España tuvo el 71% de posesión y Argentina el 59%; España hizo 11 faltas por encuentro y Argentina, 16.

Las diferencias abarcan todos los ámbitos. España se apoya en un procedimiento y una escuela. Argentina se apoya en Messi. “A Messi”, dijo Sampaoli ayer, “no se le puede enseñar nada. Nosotros estamos en un lugar y Leo está en otro que es inalcanzable. Tenemos que provocar situaciones que permitan que su confort sea el óptimo, y a partir de eso construir un equipo que se relacione con él. Con este tipo de jugadores uno tiene que aprender a acompañarlos. A ver cómo podemos establecer esa armonía que necesita. Él está muy abierto a interactuar con el tema de lo que él siente dentro del campo. Su mente está más desarrollada que la nuestra para comprender lo que pasa dentro. Veo en él un alto grado de compromiso con la selección”.

Formado en las categorías inferiores del fútbol español, Messi sirve como faro en el túnel por el que transita Argentina, sumergida en una crisis institucional y deportiva que va para una década de duración. España tiene un método de trabajo probado con éxito en las bases y en la máxima competición desde el cambio de siglo, una escuela preponderante de entrenadores coordinada desde la Federación, y una producción constante de futbolistas educados en un estilo. En la cantera de La Roja abundan laterales, extremos y centrocampistas, y si bien escasean los centrales de primer orden, los veteranos Ramos y Piqué forman la pareja más contrastada y adaptable del planeta. El estado de satisfacción reinante en el equipo, invicto tras 17 partidos desde septiembre de 2016, se expresa en la sentencia de Julen Lopetegui: “Me gusta todo lo que hace mi equipo”.

Los centrocampistas

Lopetegui, que trabajó durante años en las categorías inferiores de la Federación, hizo pocos experimentos. Convocó 34 jugadores para las eliminatorias, mientras que Argentina necesitó probar a 45. Sampaoli sigue embarcado en la búsqueda, pues, a diferencia de España, su país no genera centrocampistas ni jugadores de banda suficientes para consolidar un proyecto.

“España”, concluyó Sampaoli, “ha encontrado una identidad innegociable; junta muchos jugadores de buen pie, tiene todo el tiempo el balón y eso está instalado como una cultura. Nosotros tenemos que reestablecer la cultura del fútbol argentino que nos permita, con nuestras ideas, tratar de ser competitivos. El individualismo ha generado un rasgo tan marcado en Argentina que compartir una idea se hace difícil. Es como la vida. En Argentina hay muchos dioses y poca religión”.

Argentina busca referencias más allá de Messi y España sirve de ejemplo. España busca la medida de la gran competición y Messi promete crearle problemas que encontrará en Rusia.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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