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“Hay una forma de narrar nueva en el cine, independientemente del sexo”

Los realizadores candidatos al Goya a mejor dirección novel, por primera vez con mayoría femenina, charlan sobre paridad y la difícil distribución de sus filmes

Desde la izquierda, los candidatos al Goya a la mejor dirección novel César Esteban Alenda, Celia Rico Clavellino, Arantxa Echevarría, Andrea Jaurrieta y José Esteban Alenda, en la entrada a EL PAÍS hace dos semanas.Vídeo: Luis Sevillano. Paula Casado.
Gregorio Belinchón

Por primera vez, en la categoría del Goya a la mejor dirección novel, hay mayoría femenina. En otras dos ocasiones hubo paridad. Pero en la edición de 2019 se enfrenta la bilbaína Arantxa Echevarría, de 50 años, directora de Carmen y Lola; la sevillana Celia Rico Clavellino, de 36 años, realizadora de Viaje al cuarto de una madre; la pamplonesa Andrea Jaurrieta, de 32 años, responsable de Ana de día, y los hermanos madrileños José y César Esteban Alenda, de 41 y 40 años respectivamente, codirectores de Sin fin. Días antes de la ceremonia, que se celebrará mañana en Sevilla, el cuarteto -quinteto por los hermanos- se reunió a debatir en EL PAÍS en un encuentro repleto de risas y reflexiones sobre el nuevo cine español. Y la primera reflexión surgió a cuenta de esa mayoría femenina.

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Arantxa Echevarría. Yo creo que ha sido por las ayudas del ICAA [el Instituto que regula el cine dentro del Ministerio de Cultura], que impulsan en pos de la paridad, y creo que los productores han visto un hueco, han estudiado a gente que llevamos un tiempo haciendo cortometrajes y nos han pedido material. Muchas estábamos al límite, queriéndonos lanzarnos al largo y esta ayudita nos ha venido muy bien. De pronto, esas mujeres estudiantes de cine pueden ver una salida para rodar su película. En realidad, forma parte de lo que está ocurriendo en nuestra sociedad, que está viviendo una apertura... Ahora, sospecho que es circunstancial, que en próximos años puede cambiar, y desde luego es fundamental que se mantengan esas ayudas.

César Esteban Alenda. A mí me parece genial, y cuando antes se normalice, mejor, porque así la noticia sería que son las mejores películas del año. ¿Por qué estamos aquí tres mujeres y un hombre... desdoblado? Porque son cuatro películas estupendas.

Andrea Jaurrieta. También hay una nueva generación, que procede de las escuelas. En el cortometraje se ve: hay gran cantidad de realizadoras. Por eso soy optimista, y si se sigue apostando por este camino habrá un momento en qué más da el género, si un hombre y una mujer hacen las películas igual de interesantes tanto para los productores como para el público.

A. E. Hay una sangre nueva, una nueva forma de narrar, independientemente del sexo. Hemos hecho mucho corto, mucho trabajo previo, y se nota en esa cosecha de películas, que son muy dispares entre sí.

José Esteban Alenda. Es que no solo es una cuestión de los directores noveles, es que también están cambiando los productores. Hay una nueva generación que nos ha ido acompañando durante estos años en los cortos, conectan generacional o vitalmente con una nueva forma de narrar, de mirar, con un atrevimiento... Nos conocen, nos reconocen y entienden que no somos un valor de riesgo.

A. E. También creo que el público se empieza a identificar con el cine español, cuando había desde hace tiempo un rechazo...

A. J. Bueno, este año tampoco ha ido muy bien la taquilla...

Películas con personajes activos que cambian sus vidas

Los candidatos han llegado a la gala de los 33ª edición de los premios Goya con cuatro películas que poco tienen que ver, salvo por el detalle, importante detalle, de que sus protagonistas son personajes activos, que en un momento dado —por diversas razones— deciden dar un vuelco a su vida. "Cierto", reflexiona Arantxa Echevarría, "ninguno lo había pensado, ¿eh? [risas]". José Esteban Alenda entra en el debate: "Porque así los personajes son más ricos, hay más recorrido en el arco dramático. En Sin fin, queríamos que eso se viera tanto en el papel de Javier Rey como en el de María León". Echevarría prosigue: "Somos una generación que quiere cambiar cosas. En Carmen y Lola se ve desde el inicio: debes mantenerte fiel a lo que sientes, aunque eso te altere y mute la vida". En el caso de Viaje al cuarto de una madre, como asegura Celia Rico Clavellino, "solo valen los cambios que nacen al desviar el foco sobre unas prioridades y llevarlas a otras. La madre se ha volcado en la hija, y cuando esta se va, el vacío que deja empuja a su progenitora a preocuparse por su propia situación. La nueva relación surge de una profunda transformación interior y ya no se encara de madre a hija, sino de tú a tú". Finalmente, Ana de día, de Andrea Jaurrieta, "se desarrolla precisamente a través de una chica de clase media de vida ejemplar" que decide romper con todo.

¿Qué les ha traído de bueno la candidatura al Goya? “Salvo casos superpuntuales, de cineastas reputados, el proyecto está por encima del cineasta”, cuenta César Esteban Alenda. “Así que esperas que los productores vean para una segunda película que tienes el proyecto armado, bien preparado, y que lo acompañas con el aval de la candidatura al Goya del primer largometraje”. El resto apunta que esta repercusión, la pequeña ventana de promoción que se les abre estos días previos a los Goya, es fundamental para ese deseo, el de la segunda película. El premio es casi lo de menos.

A. E. Yo la veo mejor que hace unos años. Hay un público para Viaje al cuarto de una madre... A ver, no somos rompedores de taquillas, eso está claro, pero existe un grupo de espectadores que nos ha acompañado desde los cortometrajes, y que ahora sigue con nosotros.

Celia Rico Clavellino. Muchas de las películas de noveles han pasado por festivales, incluso internacionales [como así ha ocurrido con el cuarteto finalista], y eso les da un sellito, cierto prestigio, y puede que el público se fije en eso y dé una oportunidad al cine que se está premiando, y eso sirve de impulso.

J. E. A. Nosotros somos de una generación que se ha criado con el cine urbano, donde se proyectaba el cine español... Aunque casi mejor llamarlo cine independiente, de autor, que no es tan comercial. No le queda hueco, porque estrenan Animales fantásticos 2 y es que aparece hasta en las salas de arte y ensayo. Es una penetración tan grande que dificulta la competencia. No existe igualdad de condiciones. Hay épocas del año en las que es imposible sostenerte y encontrar tu hueco. En fin, porque somos adictos a contar historias...

C. R. C. Nuestras películas, en cambio, mantienen un recorrido más largo, que pasa no solo por las semanas que están en cartelera, sino también por otro circuito, que va desde programaciones de Ayuntamientos a ciclos de cine, muestras... Y nosotros hacemos un acompañamiento más largo de nuestro filme. Es otra forma de alargar esa vida, de darla a conocer.

A. J. De acuerdo, está bien, pero acabas constreñido a cineclubs o filmotecas, y hay que crear un hábito comercial. Tengo mis dudas. Debemos llegar a todas partes para que la gente deje de decir que el cine español es un mierda. Hasta el estreno es complicado... Hacer una película es como el Super Mario Bros.: pasas una pantalla y otra y otra, y nunca alcanzas el final. Cuando crees que está todo organizado, no, olvídate que queda la distribución, y luego la exhibición, y luego el agente de ventas... Y te preguntas cuándo acabará eso.

C. E. A. Nos falta paciencia a los espectadores y a los creadores [risas].

C. R. C. Y nos comprimen. Este año ha habido mucha producción y hemos acabado estrenando casi todos el último trimestre. En fin, lo bonito es cuando alguien se me acerca y me cuenta que ha visto mi película y que luego la ha repetido con su madre.

A. J. A mí me cuentan chicas que por fin ven un personaje femenino que refleja sus dudas y miedos, que son su generación.

A. E. A mí, que se tatúan el pájaro que aparece en mi filme como grafiti. El cine es una herramienta de cambio. Es cultura, y no hay nada mejor que coger a alguien y meterle hora y media en una sala a oscuras. Es cultura para el amor, cultura para ensoñar, cultura para crear, cultura para aceptar ciertas diferencias, Y por eso es importante la opción de hacer cine social, porque ahora es necesario más que nunca.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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