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Una grabación pone en evidencia el doble discurso de Wauquiez, nuevo líder de la derecha francesa

En una charla ante estudiantes, el jefe de Los Republicanos habla en tono ofensivo de Sarkozy, Macron, Merkel y Trudeau, entre otros

Marc Bassets
Laurent Wauquiez, presidente del partido francés Los Republicanos
Laurent Wauquiez, presidente del partido francés Los RepublicanosBERTRAND LANGLOIS (AFP)

Laurent Wauquiez lleva dos meses al frente de Los Republicanos, el gran partido de la derecha francesa, pero en Francia, donde el presidente, Emmanuel Macron, todo lo domina sin una oposición visible, no ha logrado destacar. Es una figura secundaria, escasamente audible en el debate público. Hasta ahora.

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La revelación de una grabación en la que, ante un grupo de estudiantes, Wauquiez habla en un tono ofensivo de sus correligionarios, entre ellos del expresidente Nicolas Sarkozy, de Macron y de líderes internacionales como la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, evidencia un embarazoso doble discurso —según hable en público o en privado—, y puede ser su primer tropiezo en su carrera para ser una alternativa al actual presidente. Al mismo tiempo, la cinta proyecta la imagen de un político que habla claro y no se muerde la lengua, una imagen bastante parecida a la que intenta dar.

“Ni tuits, ni mensajes en las redes sociales, ni transcripción de lo que digo. Porque, si no, esto no puede ser un espacio de libertad, y lo que yo os pueda soltar será sólo el bullshit [verborrea, banalidades, palabras superficiales y sin sentido, falsas] que pueda soltar en un plató mediático”. Esta fue la advertencia de Wauquiez, invitado el jueves pasado a impartir una clase en la Escuela de Negocios de Lyon, a los alumnos que le escuchaban.

Alguien en el aula hizo caso omiso. Al día siguiente, el programa Le Quotidien, de la cadena TMC, publicó una primera serie de extractos de la charla. El lunes publicó la segunda.

"Asumo las palabras, que fueron mías", dijo el martes Wauquiez en una entrevista en la cadena BFMTV. "No tengo un doble lenguaje". En la entrevista, acusó a los periodistas que habían obtenido la grabación de usar "métodos canallescos" y anuncio una denuncia contra Le Quotidien.

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Escuchar estos extractos —comentarios muy breves que, juntos, ocupan menos de seis minutos, sin el contexto de las charlas— es asomarse a un momento de verdad política. En un mundo en el que las declaraciones de los políticos están milimetradas, en el que el margen para la espontaneidad es limitado, las cintas de Wauquiez permiten mirar por el ojo de la cerradura y saber qué dicen los dirigentes de un país cuando no hay cámaras ni grabadoras.

La lista de agraviados por las declaraciones de Wauquiez es larga. La acusación más grave, aunque no demostrada, afecta al expresidente Nicolas Sarkozy, que avaló la candidatura de Wauquiez para dirigir Los Republicanos. “Nicolas Sarkozy”, dice Wauquiez, “llegó un punto en que controlaba los teléfonos portátiles de los que entraban en el Consejo de Ministros. Los ponía sobre escucha para extraer los correos electrónicos, los textos, y verificar lo que sus ministros decían en el momento de entrar en el Consejo de Ministros”. Esta fue la única parte de la grabación que lamentó, y dijo que se trataba de un rumor en el que nunca ha creído.

Wauquiez también carga contra Gérald Darmanin, exmiembro de Los Republicanos y ahora ministro de Hacienda de Emmanuel Macron, debilitado por una acusación de violación, ya archivada, y por otra de abuso de poder. “Va a caer”, vaticina. Y lanza insinuaciones contra sus compañeros en la cúpula de Los Republicanos, que le negaron el apoyo cuando él pidió la dimisión de Darmanin como ministro. “Me pregunto”, dice, “cuántos pensaban: Ojalá no me ocurra a mí”.

De Merkel, afirma: “¿Habéis visto su cuenta de Instagram? Para encontrar algo de carisma realmente hay que madrugar”. Y se burla de Trudeau, a quien describe como un tipo que es sólo apariencia sin nada detrás de la fachada, un político que “compra todo” lo que sea “pensamiento correcto” y lleve al “consenso”.

Macron, a quien aspira a suceder algún día, aparece varias veces. Le señala como urdidor de un supuesto complot para derrotar al candidato de Los Republicanos, François Fillon, en las presidenciales de 2017. Acusa a los diputados de La República en marcha —el partido presidencial— de actuar como “guiñoles” del presidente. Y califica de “dictadura total” la Francia actual, un país donde el amplio control de la Asamblea Nacional, y la ausencia de una oposición fuerte, dejan al presidente sin un contrapoder real.

La filtración ha enfadado a Sarkozy, que recibió el sábado una llamada de excusas de Wauquiez. Otros, como el disidente republicano Xavier Bertrand, presidente de la región Hauts-de-France, han comparado el tono de Wauquiez con el de los Le Pen —Jean-Marie, líder histórico del ultraderechista Frente Nacional, y Marine, la actual líder— y con el del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Wauquiez intenta ocupar parte del espacio del Frente Nacional con un discurso desacomplejadamente de derechas y con acentos populistas, duro con la inmigración y escéptico ante las instituciones de la UE.

Wauquiez — un político experimentado que ha sido diputado, secretario de Estado y ahora presidente la región Auvernia-Ródano-Alpes— no es un ingenuo, y sabe bien las repercusiones que puede tener una declaración ante un grupo de desconocidos. Su admisión de que en las entrevistas habla de cara a la galería le deja malparado. Y la filtración puede emponzoñar las relaciones con su partido y cuestionar su profesionalidad. Pero, en realidad, el Wauquiez que aparece en las cintas, un político que se expresa sin rodeos, no está tan alejado del Wauquiez de los mítines y los programas de televisión.

“La característica, cuando uno es un cargo electo, sobre todo el mundo actual, es que todo lo que uno diga, en todo momento, puede ser utilizado, citado y deformado en contra”, admite él mismo en otro extracto. “En resumen, en mi vida política, cuando hay más de dos personas conmigo, debo decirme siempre que todo lo que diga va a salir”.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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