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Massiel: “He superado la carga del ‘La, la, la”

La ganadora de Eurovisión 1968, terremoto artístico y humano, se confiesa una flor rara que a veces se ha clavado sus espinas y disfruta de un relativo anonimato como "una jubilada que pasea a su perro"

Massiel, en su casa, el pasado jueves.Vídeo: B. P.
Luz Sánchez-Mellado

La llamo al atraco para pedirle la entrevista y la pillo departiendo por WhatsApp en la bañera. Me dice que sí ipso facto, me cuenta su vida en diez minutos, me cita en su domicilio al día siguiente y me enseña no solo la cocina, sino hasta el aseo de invitados, decorado, como todo el pisazo, con fotos de la anfitriona posando con leyendas, de Dalí para arriba. El careo promete. Sin embargo, cuando nos ponemos al lío con sendos botellines de plástico de la nevera —“En esta casa solo hay agua”— vigiladas de cerca por su perro Lenin y mi grabadora, la dueña de la casa se atrinchera en banda y empieza a leerme la cartilla, y no precisamente por divismo. “Cuando se ha sido la mujer más famosa de España se tiene el ego superado”, dice. Será que una no tenía el día.

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¿Hasta dónde está de que le preguntemos por el 'La, la la'?

Me da igual. Es inherente a mi vida, me he acostumbrado. Es una carga que tengo ahí. Ya la he superado.

¿Cómo la ha tratado la vida?

Mi vida es una película variada y desconcertante. En algún momento, pudo ser una de Tarantino. Lo que no ha sido nunca es una de López Vázquez en la época de Masó, las niñas prodigio y las suecas. Les habría gustado, pero no me dejé. Hubiera podido desembocar de Torremolinos Gran Hotel al castillo de Drácula. Mi vida es y ha sido siempre una duda.

Pues parece usted segurísima de sí misma.

Seguramente soy muy fuerte, porque si no, me habría pasado el tren por encima, y he conseguido que se desvíe a otra estación.

¿No encaja en ningún molde?

En ninguno. Me los salto todos. No me gustan las convenciones. Todo lo que se pueda meter en una cajita no va conmigo.

¿Rebelde sin causa?

No, con causa

¿Cuál?

Cada época tiene las suyas.

¿Y ahora?

Ahora me duele mucho el juanete, los huesos, se me cansan los ojos porque tengo degeneración macular, ya no soy chica del 15-M porque no tengo ganas de salir y que me suelten un palo. Ahora ya no me rebelo, veo lo que está mal, que es mucho, y acepto el robo al que nos vemos sometidos. Pero yo he corrido delante de los grises. Yo he vivido el mayo del 68: estaba ganando Eurovisión, pero en 1966 estaba cantando gratis en Cuba para conocer la revolución. De ahí la leyenda de Rosas en el mar.

Mucha Massiel

Todo parece superlativo en María de los Ángeles Santamaría. (Madrid, 71 años), Massiel para los siglos XX y XXI, desde que, a los 20, ganara Eurovisión 1968. Retirada de la escena desde 2012, tras una larga carrera en la que cantó e interpretó desde Brecht a Shakespeare, igual nos da una sopresa y reaparece en una teleserie en breve. Ahí lo deja.

Una chica exótica.

Sí, una flor rara, y a veces con espinas. Y cuando eres la flor, las espinas también te hacen daño.

¿Ha sido su peor enemiga?

Siempre. Al ser atípica, y no hacer caso a las normas ni las convenciones, eres tu enemiga. Si ganas Eurovisión y estás en contra de las normas del Régimen, si en tu propia familia eres la disidente y vas en contra del papel que te han asignado, eres tu enemiga. Siempre

¿Ha tenido alguna perdición?

Sí, varias y muy duras pero no te las voy a contar a ti.

¿Hace lo que le da la gana?

No, porque no siempre he podido. Pero hacer lo que me ha dado la gana me ha llevado a posturas extremas, a renunciar a privilegios económicos, a tener investigaciones de Hacienda que me mandaba el Gobierno. He estado siempre muy represaliada.

¿Se considera una víctima?

No tengo ninguna gana de hacerme la víctima. No me gusta hablar de mi vida, esperaba que trajeras los deberes hechos y hablaras de mi carrera como cantante. No te quiero contar mi vida.

¿De qué quiere que hablemos?

Eres tú la que quiere hablar conmigo. A mí me da igual. Cuando estemos tú y yo tomando un café solas, estaré muy desenfadada, pero un día a las 12 de la mañana no me apetece contar mi vida. No me apetece nunca, de hecho

Muchos jóvenes la consideran un icono pop. ¿Le halaga?

Eso pasa siempre. O te pasas de moda o te conviertes en icono.

O pasas sin pena ni gloria.

No ha sido mi caso. Siempre he sido una cosa icónica y atípica. Nadie ha ganado Eurovisión en el 68 con una canción pop que no estaba hecha para ella y un año después se juega su dinero y debuta con Fernán Gómez y estrena a Bertold Brecht. Mi vida es muy amplia, no solo Eurovisión.

¿Alguien ha logrado domarla?

Lo de la doma, hablando de mujeres, es considerarme una yegua. Me suena a aquello de "si amanece y ves que estoy desnuda, cúbreme, cúbreme, cúbreme". Las personas nos complementamos hablando. No entiendo la vida como una doma de nada ni de nadie.

¿Las cadenas en la vida las imponen los otros o se las pone una misma?

Haces unas preguntas que para mí son muy rotundas y muy duras porque tienen explicaciones muy largas y tú quieres monosílabos. Son preguntas trampa, si caes y contestas de una manera escueta, la cagas, porque te etiquetan, y yo odio las etiquetas.

En otros medios sí se explaya.

Me he retirado, tengo 71 años. Alguna vez hago una entrevista en televisión, primero porque me pagan muy bien, y luego hago audiencia y siempre me llaman. Pero son cosas muy elegidas.

Los lectores tienen curiosidad por saber qué es de su vida.

Pues que ponga el tipo de cadena donde la gente la cuenta. No creo que tenga la obligación de contar mi vida gratuitamente porque he decidido retirarme y venir a vivir al centro, donde nací, por cierto. Quiero coger el autobús y pasear con mi perro. Antes no podía ni salir. Es que he ganado Eurovisión, no sé si se te ha olvidado. El fenómeno fan empieza después de mí. He estado sin vida.

Seguro que aún la reconocen.

En cuanto hablo. Pero ahora, en el centro, la mitad son turistas y la otra, jóvenes. Te conoce la gente mayor o algún joven que te pide una foto para su madre. Por cierto, en al autobús ya se puede, pero tendrían que dejar ya ir en el metro con el perro, porque hay mucha gente mayor que si no es con el perro, no sale.

¿Qué es 'Lenin' para usted?

Mi hijo.

¿Y su hijo?

Su hermano. Cuando mi nieto ve al perro le dice a su padre: "mira, tu hermano". Tengo dos nietos maravillosos, y otra niña nace en verano y va a ser Leo, como yo.

Yo también soy Leo, igual por eso hemos chocado tanto.

No te preocupes, yo es que tengo un tono de hablar que ... Pero de todo esto seguro que sale algo.

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Sobre la firma

Luz Sánchez-Mellado
Luz Sánchez-Mellado, reportera, entrevistadora y columnista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y publica en EL PAÍS desde estudiante. Autora de ‘Ciudadano Cortés’ y ‘Estereotipas’ (Plaza y Janés), centra su interés en la trastienda de las tendencias sociales, culturales y políticas y el acercamiento a sus protagonistas.

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