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Sevilla, calurosa capital del fútbol español

Gran ocupación hotelera, más de 2.500 efectivos de seguridad y por encima de 30 grados en la capital de Andalucía para la final de Copa

Rafael Pineda
Últimos preparativos en el Benito Villamarín.
Últimos preparativos en el Benito Villamarín.José Manuel Vidal (EFE)

Muchos sevillanos comenzarán el éxodo a las playas de Huelva y Cádiz a partir de este viernes a mediodía. Una tradicional costumbre desde finales de mayo de la población hispalense a medida que el calor se abate sobre la capital de Andalucía. Un éxodo será sustituido por otro, el de los miles de aficionados del Barcelona y del Valencia que comienzan a llegar a Sevilla para la final de la Copa. Un acontecimiento que no se da en la ciudad andaluza desde 2001, cuando el Zaragoza le ganó la Copa al Celta (3-1) en el estadio de La Cartuja, que acogió también en 1999 la final entre el Atlético de Madrid y el Valencia, ganado por los valencianistas (3-0). Ahora le toca por primera vez al remozado Benito Villamarín, estadio del Betis, que peleó por tener la final en su campo y su primer equipo aceptó el reto, hasta el punto de llegar a semifinales ante el Valencia y ser eliminado. El estadio bético, con capacidad para 60.721 espectadores, ha sido renovado totalmente en casi toda su totalidad en los tres últimos años. Las banderas de España, Andalucía, Cataluña, Valencia y Sevilla, así como la de los dos finalistas, ondean en lo más alto de la triubuna de fondo del coliseo bético.

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Sevilla se ha volcado con la final. Sobre todo sus autoridades, que esperan un buen impacto económico en la ciudad. El Ayuntamiento hispalense ha estimado tal impacto directo en unos 12 millones de euros. Se espera a más de 50.000 aficionados de Barcelona y Valencia, a los que se avisa con frecuencia de que la temperatura a lo largo del sábado subirá de los 30 grados. A la hora del choque, las 21.00, se esperan 29 grados. La ocupación hotelera se ha disparado. También los precios. En algunos casos, una habitación vale hasta un 100% más de lo habitual. Muchos hoteles están llenos y se ha elevado también la ocupación de los pisos turísticos, una modalidad de albergue en auge en Sevilla.

Las autoridades municipales han desarrollado un plan de transporte para facilitar el movimiento de este importante número de personas. El estadio Benito Villamarín se encuentra situado en la zona sur de la ciudad, en la salida hacia Cádiz, y una amplia avenida, la de La Palmera, será el la vía más usada para llegar al recinto. Parte del centro de la ciudad y llega al campo bético. Las dos zonas para las aficiones se han instalado muy cerca del estadio. La del Barcelona, al sur del Villamarín y cerca del barrio de Los Bermejales. En concreto, en la Avenida de Italia, a prácticamente 10 minutos andando del estadio. La del Valencia, sin embargo, estará más al norte, en la Avenida de La Raza, cerca de las instalaciones del puerto de Sevilla y a unos 15 minutos escasos a pie del Villamarín.

Las autoridades también recomiendan el uso del transporte público para llegar al estadio. Todas las líneas de autobuses que parten de la estación de tres de Santa Justa han sido reforzadas para transportar aficionados al centro de la ciudad y a las inmediaciones del estadio. Además, el ayuntamiento ha modificado el calendario laboral de los taxis de Sevilla, por lo que toda la flota está liberada de descansos los días 24, 25 y 26 de mayo. El plan de tráfico previsto incluye las primeras restricciones a las 11.00 horas en las inmediaciones de las vías aledañas a ambas Fan Zone. A partir de las 15.00 horas comenzarán los cortes en torno al propio Benito Villamarín.

A la finalización de la final, estarán preparados un buen número de autobuses vacíos para trasladar aficionados. Los primeros autobuses de peñas y las lanzaderas en salir hasta la estación de Santa Justa (AVE), en la avenida de la Palmera, serán los valencianistas. Luego saldrán los autobuses de peñas del Barcelona y los vehículos lanzaderas hasta la misma estación. El aeropuerto de Sevilla tiene previsto operar de cinco vuelos especiales de la afición del Barcelona y uno del Valencia. Además, se esperan cinco trenes (cuatro dobles y uno simple) y 80 autocares de la afición del Barcelona. Y cuatro trenes dobles y uno simple y 70 autobuses de la hinchada del Valencia. Todo eso, sin contar, lógicamente, con los desplazamientos de aficionados en sus vehículos particulares.

Las distintas administraciones han diseñado un amplio plan de seguridad. Más de 2.500 efectivos se desplegarán de cara a esta gran final. 1.360 funcionarios de la Policía Nacional, divididos en varias unidades, aunque con preponderancia de las Unidades de Intervención Policial, que han llegado a Sevilla procedentes de distintas ciudades españolas. Además, efectivos de la Policía Local controlarán la accesibilidad al estadio. Unos 500 vigilantes de seguridad privada y auxiliares completan el despliegue, que las autoridades califican de “espectacular”. Hay que tener en cuenta que sigue vigente el nivel de alerta cuatro antiterrorista. Se recuerda a los aficionados que vayan con antelación al estadio, puesto que se instalarán hasta tres anillos de seguridad previos a la entrada en el Benito Villamarín, un estadio que acogió partidos como el España-Malta y que por primera vez en su historia será sede de una final de la Copa.

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