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Sánchez confía en lograr la unidad en un Gobierno “tan plural como la mayoría que lo avala”

El presidente llevará en persona la crisis catalana y promete diálogo frente a la crispación de la oposición

Pedro Sánchez charla con los periodistas tras presentar su nuevo Gobierno, este domingo. En vídeo, resumen de la comparecencia de Sánchez.Foto: atlas | Vídeo: U. Martin | ATLAS
Carlos E. Cué

"Habemus Gobierno", bromeaba aliviado el presidente, Pedro Sánchez, en una conversación informal con los periodistas al terminar una comparecencia sin preguntas en la que no hubo sorpresas: quedaron confirmados oficialmente los cuatro vicepresidentes y 18 ministros que conformarán el primer Ejecutivo de coalición en España desde los años treinta del pasado siglo. Sánchez ha querido desde el primer momento dejar claro que esta será "la legislatura del diálogo social, territorial y generacional" y el Gobierno obedece a la necesidad de conformar una mayoría plural que el PSOE necesita completar con varios partidos porque solo tiene 120 diputados.

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El Ejecutivo lo forman desde personas que vienen de la izquierda radical, como los dirigentes de Unidas Podemos, hasta otros de ideas más cercanas al centro político y la ortodoxia económica como la ministra de Economía, Nadia Calviño, el exresponsable de la Airef, José Luis Escrivá, o la ministra de Exteriores, Arancha González. Sánchez admite desde el primer momento que eso será un reto y asegura que, pese a todo, será un Gobierno "que hablará con varias voces pero con una palabra". "Es un Gobierno plural, de coalición, pero con firme propósito de unidad", insistió el presidente. "El Gobierno tiene una orientación progresista amplia y plural, con distintos enfoques. La composición es tan plural como la mayoría progresista que apoya a este Gobierno y la mayoría social que aspira a representar", remató el presidente.

Sánchez ha querido marcar un claro perfil económico en su elección de los ministros, entre otras cosas para evitar que el debate político se centre en Cataluña, un asunto muy delicado para el PSOE. En la conversación con los periodistas, el presidente, que en la declaración había insistido en que esta será la legislatura del diálogo territorial, ha explicado que el asunto de la crisis catalana lo llevará él en persona por su importancia —ha admitido que habrá una cita con el presidente Quim Torra antes de que empiece a trabajar la mesa de Gobiernos pactada con ERC— y la vicepresidenta Carmen Calvo, o el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, mientras la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, estará más centrada en el diálogo con todas las autonomías, en la organización de la conferencia de presidentes o en la política sobre los empleados públicos.

Sánchez traslada la idea de que no hay problemas de momento con Unidas Podemos, ni siquiera con la decisión de ampliar a cuatro las vicepresidencias, y tampoco está de acuerdo con la idea de que finalmente ha hecho un Gobierno con menos peso político del que se esperaba en el PSOE. De hecho, cree que muchos de los perfiles, pese a no ser muy conocidos por el público, "sorprenderán" cuando empiecen a darse a conocer. Además, ha recordado que el Ejecutivo sí tiene pesos pesados del PSOE como José Luis Ábalos o Carmen Calvo.

Una de las críticas que con más fuerza le están haciendo a Sánchez es el del número de ministros, 23 con el presidente, el segundo más amplio de la democracia. Él lo ha justificado por cuestiones de eficacia, y ha señalado el ejemplo de la división en dos de Trabajo y Seguridad Social. Yolanda Gómez, de Unidas Podemos, llevará la primera parte, y Escrivá la segunda. El presidente ha explicado que quería dar "competencias muy precisas" a todos los ministros y que en este caso en concreto cada uno tiene una tarea enorme: por un lado la reforma laboral y otro el Pacto de Toledo con la reforma de las pensiones.

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Sánchez ha retrasado unos días la conformación de su Gobierno, y eso ha hecho pensar que ha habido problemas de ajustes y que ha tenido algún rechazo importante. El presidente no lo ha negado con rotundidad aunque sí ha insistido en que él tenía muy clara la estructura y los ministros hace tiempo y ha dicho que el último ministro en conocerse, el de Justicia, José Manuel Campo, también lo tenía pensado hace tiempo, aunque no se comunicó hasta última hora.

En el PSOE hay algún desconcierto por la salida de algunas ministras muy de partido, como Magdalena Valerio o Luisa Carcedo, mientras se incorporan perfiles independientes como el de Escrivá. Sánchez ha querido hacer un reconocimiento a los ministros relevados, pero no ha dado muchas explicaciones de los cambios. "Cada etapa exige nuevos perfiles", se ha limitado a señalar.

Sánchez se prepara así para una legislatura complicada, con un Gobierno inédito de coalición, que tomará posesión este lunes y tendrá su primera reunión el martes, aunque las primeras medidas llegarán el viernes. El presidente viajará la siguiente semana a la cumbre de Davos (Suiza). Sánchez ha insistido desde el primer momento en que él apostará por el diálogo frente al tono beligerante de la oposición. "Los ciudadanos reclaman una España de moderación, cooperación y convivencia, no abonada al insulto y la descalificación".

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