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“Escocia regresará al corazón de Europa como país independiente”

La ministra principal, Nicola Sturgeon, confía en doblar la voluntad de Johnson

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, en Edimburgo este viernes.
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, en Edimburgo este viernes.ANDY BUCHANAN (Afp)
Rafa de Miguel

Rebelión en los gestos y pulcritud jurídica en las decisiones. El Parlamento de Escocia ha decidido, con el apoyo del Gobierno nacionalista, que la bandera de la Unión Europea seguirá ondeando en el palacio de Holyrood (la sede de la Asamblea autónoma) a partir de la medianoche de este viernes, hora peninsular española. Por mucho Brexit que se quiera celebrar en el resto del Reino Unido. La ministra principal, Nicola Sturgeon (Irvine, Reino Unido, 49 años), sabe que no contará para la causa de la independencia con la complicidad de los Gobiernos europeos, pero confía en doblegar la voluntad de Boris Johnson para que permita la celebración de un nuevo referéndum, y que ese será el camino de regreso a la UE, que una amplia mayoría de escoceses se niega a abandonar. Sturgeon recibe a un reducido grupo de corresponsales europeos en el Reino Unido de la alianza LENA (que reúne a los diarios más importantes) en su despacho del Parlamento, 48 horas antes de la salida oficial del Reino Unido de las instituciones comunitarias.

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Pregunta. ¿Cómo se siente en estas últimas horas?

Respuesta. Profundamente triste. La Unión Europea, con todas sus imperfecciones, ha sido una fuerza positiva. Nos ha dado beneficios económicos y sociables tangibles. Y con algo de rabia, porque el Brexit tiene lugar en contra de nuestra voluntad. En Escocia no votamos a favor de la salida de la UE. Y decidida a que, en un futuro no muy distante, regresemos al corazón de Europa como país independiente.

P.¿Qué espera de la UE?

R. Quizá haya que empezar por aclarar lo que no espero. No creo que la UE exprese públicamente su apoyo a la independencia de Escocia. No les corresponde a ellos. Es algo que debe decidir el pueblo escocés. Pero creo, por las conversaciones que he tenido con las instituciones europeas y con diversos Estados miembros, que la bienvenida será calurosa. Habrá mucha solidaridad.

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P. ¿Por qué? Si muchos culpan del Brexit al nacionalismo inglés, ¿en qué se diferencia uno u otro nacionalismo?

R. Tendemos a identificar con un solo significado el término nacionalismo, y lo asociamos con una extrema derecha que yo rechazo. Pero el movimiento independentista escocés, y mi propio partido [Partido Nacional Escocés; SNP, en sus siglas en inglés] es muy progresista, civilizado y centrado en la defensa del autogobierno. Un ejemplo: somos uno de los partidos, en el Reino Unido y en Europa, más defensores de la llegada de inmigrantes. No creo que todos los defensores del Brexit tuvieran los mismos motivos, pero creo que su éxito tuvo mucho que ver con la idea de combatir la inmigración y el libre movimiento de personas.

P. El movimiento independentista catalán también se ve a sí mismo como progresista, abierto y democrático. Y la UE no ha sido muy receptiva.

R. Y ha sido el propio Gobierno español el que ha dado respuesta a esa aparente contradicción. Su ministro de Exteriores [en referencia al exministro, Josep Borrell] dijo que España no pondría objeción alguna a la independencia de Escocia si era el resultado de un proceso constitucional. Yo tengo una enorme simpatía con el movimiento independentista catalán, pero no decidieron su independencia de un modo legal y constitucional. Y ahí está el problema. No creo que fuera por su culpa, pero lo cierto es que no obtuvieron la capacidad para tomar esa decisión.

P. Y usted cree que Johnson cederá, pero de momento se ha negado a la celebración de otro referéndum.

R. No se puede mantener la unidad de un país en contra de la voluntad de las partes. Y el Reino Unido no es un Estado unitario. Está compuesto por cuatro naciones. La aparente fortaleza de Johnson es en realidad una muestra de debilidad. Si tuviera tanta confianza como dice en que la unión prevalecerá no tendría problemas en permitir a los ciudadanos que decidieran ellos. Mi trabajo consiste en persuadir al mayor número de escoceses de que la independencia es el camino más acertado para este país.

P. Ha prometido un referéndum para la segunda mitad de este año. ¿Lo hará sí o sí?

R. No. Tiene que ser algo legal. Porque si no, sea cual sea el resultado, nadie lo reconocerá. He dedicado mi vida adulta a defender la independencia, y no soy partidaria de los gestos vacíos. Hay muchas razones para permitir que se celebre el referéndum. En democracia, no puedes impedir indefinidamente la decisión que el pueblo quiere tomar.

P. Así que el resultado del Brexit puede acabar siendo la ruptura del Reino Unido.

R. No me gusta el lenguaje de la ruptura o la separación. Prefiero hablar de la independencia. Seguiremos siendo parte de esta isla, junto a Inglaterra y Gales. Se trata simplemente de que Escocia pase a ser un socio en igualdad de condiciones en esta relación.

P. Aunque el Brexit ha ayudado a su causa, como ayudarían también sus posibles consecuencias económicas negativas.

R. No es la primera vez que escucho ese argumento. Y es verdad que todo eso añade fortaleza a la causa independentista. Pero yo no quiero que mi país sufra daño, llámeme anticuada. Durante tres años lo intentamos todo. Respaldamos que se celebrara un segundo referéndum sobre el Brexit. Defendimos un Brexit suave que preservara la unión aduanera con la UE. Nadie puede reprochar al SNP que no hiciera lo posible por evitar este desenlace y a veces incluso argumentamos en contra de nuestros propios intereses a favor de la causa independentista.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

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