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Ahora sí, Madrid tendrá su 'bicing'

Las nuevas reformas, como Serrano o Prado-Recoletos, llevan carril especial

Daniel Verdú

Estaba en el programa electoral, pero parecía que la falta de presupuesto lo iba a dejar en el aire. De hecho, así lo comunicaron varias veces en el Ayuntamiento. Sin embargo, con motivo del Día Europeo sin Coche, que se celebra hoy, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, presenta el proyecto My Bici. Un sistema de préstamo de bicicletas, similar al que ya funciona en Barcelona, Sevilla o Zaragoza, que pretende fomentar, de una vez, el transporte sobre dos ruedas en Madrid. El horizonte, dicen, es que su uso llegue hasta el 3% del total de la movilidad madrileña en 2016.

La idea es que se instaure en tres fases y, de entrada, sólo en la almendra central de la capital. Es decir, en toda la zona comprendida en el interior del anillo de la M-30. Se trata de instalar diferentes estaciones en las que van ancladas bicicletas que pueden cogerse en un punto de la ciudad y dejarse en otro. Para usar el servicio hay que tener una tarjeta cuya validez se renueva a cambio de una tarifa mensual o anual.Sevilla y Zaragoza también cuentan con este servicio. Pero a diferencia de Barcelona, el abono puede usarse por periodos cortos de un día o una semana. En la capital catalana, en cambio, se ha hecho de forma anual para que no se convierta en un servicio turístico. Además, hay que presentar un domicilio fijo en la Ciudad Condal para poder obtener la tarjeta. De esta forma se fomenta que el uso de la bicicleta se implante de una forma consolidada para desplazamientos diarios.

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Pero antes de todo esto, el proyecto madrileño deberá sacarse a concurso público. Fuentes de las empresas del sector aseguran que en tres o cuatro meses, una vez adjudicado el contrato, podría ponerse en marcha el servicio a pleno rendimiento. En cualquier caso, pese a que el Ayuntamiento no quiso ayer dar ningún detalle sobre el proyecto que Gallardón presenta hoy con motivo del Día Europeo sin Coches, parece que el servicio no funcionaría hasta, al menos, dentro de un año.

En Barcelona, la empresa especializada en publicidad exterior Clear Channel, que en Madrid explota los polémicos chirimbolos, es la adjudicataria del contrato. Ahí el Ayuntamiento paga un canon por contratos de 10 años y se desentiende completamente de la gestión del servicio. "Sólo tienen que velar porque la gente cuide ese mobiliario urbano. Nosotros hacemos el mantenimiento, reponemos el material, nos encargamos de la instalación de las estaciones y realizamos la atención al cliente", explican fuentes de Clear Channel. Esta empresa fue la primera que instauró este tipo de servicio en 1994 en la ciudad francesa de Reims.

El modelo de Zaragoza y Sevilla, además de a los residentes, está enfocado al turismo porque permite abonos diarios. Además, el contrato suscrito con los respectivos ayuntamientos permite prestar ese servicio a cambio de poder explotar el espacio de publicidad que genera. El Ayuntamiento de Madrid, sin embargo, parece que prefiere inclinarse por el sistema catalán. Es decir, se protegen las empresas que ya se dedican al alquiler de bicis para turistas y se enfoca claramente al fomento de la sustitución del coche o la moto por los artefactos de pedales.

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Barcelona cuenta con 6.000 bicicletas y 440 estaciones distribuidas por toda la ciudad. Las fuentes consultadas consideran que Madrid necesitaría casi el doble de esas unidades para prestar un servicio parecido. Ésta es una de las iniciativas que pretende desarrollar el gobierno municipal para el fomento del uso de la bicicleta. Además, el objetivo es que antes de 2016, fecha totémica sobre la que giran ahora muchos de los proyectos municipales, haya en Madrid 576 kilómetros de carril-bici. De hecho, todas las nuevas grandes reformas urbanas que se están realizando, como el eje Prado-Recoletos o la renovación de la calle de Serrano, ya incorporan un espacio reservado a este tipo de vehículos.

Un ciclista en la Gran Vía se tapa la boca con una mascarilla para no aspirar el humo de los coches.
Un ciclista en la Gran Vía se tapa la boca con una mascarilla para no aspirar el humo de los coches.SAMUEL SÁNCHEZ

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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