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Jordi Pujol: “No iré al Parlament antes de que mi hijo vaya al juzgado”

El ‘expresident’ se escuda en que la Cámara aún no le ha citado formalmente y no comparecerá hasta que Artur Mas convoque la consulta soberanista

Jordi Pujol es interrogado el pasado lunes por los periodistas al llegar a su domicilio en Barcelona
Jordi Pujol es interrogado el pasado lunes por los periodistas al llegar a su domicilio en BarcelonaToni Albir / Efe

Jordi Pujol no tiene ninguna prisa por acudir al Parlamento catalán a explicar los detalles de la fortuna que ocultó durante 34 años en el extranjero y así se lo ha hecho saber a los dirigentes de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), el partido que fundó hace ya casi cuatro décadas. “No iré al Parlament antes de que mi hijo vaya al juzgado”. Esa es la frase con la que Pujol ha advertido de sus intenciones a la cúpula nacionalista, según dirigentes de CDC.

El hijo al que se refiere el expresidente de la Generalitat es Jordi Pujol Ferrusola, su primogénito, citado a declarar como imputado el próximo 15 de septiembre por el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, acusado de un delito contra la Hacienda pública y de otro de blanqueo de capitales. Ese mismo día también comparecerá su esposa, Mercè Gironés.

Mientras llega esa fecha, Jordi Pujol declaró ayer a TVE, a la salida de su domicilio de Barcelona, que el Parlamento catalán aún no le ha convocado formalmente a comparecer. “Primero me han de citar”, se limitó a decir escuetamente. Es cierto, porque el acuerdo oficial para que dé explicaciones sobre su fortuna oculta se adoptará el próximo martes en la Comisión de Asuntos Institucionales del Legislativo autónomo con el voto a favor de todos los partidos y la probable abstención de CiU. Sin embargo, es de dominio público desde hace más de un mes que ello ocurrirá. En otras ocasiones ha sucedido que el mismo día en que se llama formalmente a alguna persona a comparecer esta acude a la Cámara porque ha habido un diálogo previo con ella.

Fuentes del Parlament ratificaron ayer las intenciones de Pujol, que fueron anunciadas a la dirección de CDC, pues el expresident sí ha comunicado a la Mesa de la Cámara que no acudirá el día 2 y que tampoco lo hará antes de la Diada, que se celebra el 11 de septiembre. Eso explica que en el orden del día de la comisión parlamentaria figure como primer punto, a las 9.30, la votación sobre la comparecencia de Pujol y que a las 10.00 estén previstas las declaraciones de otras personas. No se ha reservado ninguna franja horaria para el exmandatario.

Pujol, de 84 años, no ha negado que vaya a acudir a explicarse, pero queda por determinar cuándo. A la vista del calendario político catalán, todo indica que será, como pronto, a finales de septiembre. El día 15 declararán Pujol Ferrusola y su esposa en la Audiencia Nacional, y el 16 se iniciará en el Parlament el debate de política general, que finalizará el 18. Probablemente, al día siguiente, viernes 19, se votarán las últimas enmiendas a la ley de consultas, que quedará formalmente aprobada. El Diari Oficial de la Generalitat publicará ese mismo día el texto y la convocatoria del referéndum soberanista para el 9 de noviembre.

Con ese panorama político, y a la espera del recurso que presente el Gobierno ante el Tribunal Constitucional y de la previsible suspensión de la consulta, Pujol podría dar entonces explicaciones sobre su fortuna oculta, y se da por hecho que lo hará. Por si hubiera alguna duda sobre la posición de Convergència, su número dos, Josep Rull, insistió ayer en que el expresidente debe comparecer en el Parlament.

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“Hemos hecho las sugerencias públicas y privadas de que se deben dar explicaciones”, recalcó Rull, coordinador general de CDC, tras la reunión que mantuvo la dirección del partido para abordar el calendario político. Precisó que en esa cita no se habló del caso Pujol, pero que sí se abordará en el comité ejecutivo que la formación ha convocado para el próximo lunes. “Ya hemos dicho todo lo que teníamos que decir”, zanjó Rull, antes de recordar que ahora le corresponde al Parlament decidir “cómo y cuándo” solicita la comparecencia.

El trámite habitual es que, una vez adoptado el acuerdo sobre este punto, el Legislativo se ponga en contacto con la persona interesada para que esta concrete la fecha. Si no lo hace, como, por ejemplo, ya sucedió en más de una ocasión con la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho en el caso del espionaje de Método 3, el Legislativo fija un día y requiere al interesado para que acuda. El Estatuto catalán sólo fija la obligación de que comparezcan en el Parlamento autónomo “los cargos públicos y las personas al servicio de las Administraciones públicas que actúan en Cataluña, así como las personas citadas en el curso de una comisión de investigación”.

Jordi Pujol no se encuentra en ninguno de esos dos supuestos, pero su comparecencia es tan reclamada por todos los partidos como deseada por Convergència. Si el expresidente no acudiese o si lo hiciera y diera explicaciones poco convincentes y mínimas sobre su fortuna oculta, Esquerra Republicana ya ha anunciado que secundará la creación de una comisión de investigación sobre el fraude fiscal en Cataluña que incluya a la familia Pujol. Otras formaciones pretenden incluso extender esa investigación al cobro de supuestas comisiones durante los Gobiernos de CiU. En ese caso, con la aritmética parlamentaria, se crearía la comisión, lo que agravaría el ya complicado escenario político que tendrá que afrontar Mas a finales de septiembre.

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