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Bayern - Barcelona: mitad cabeza, mitad corazón

Las afrentas personales y las revanchas condicionan un choque que da acceso a la final de Berlín

Ramon Besa
Messi supera a Neuer en el partido de ida en el Camp Nou.
Messi supera a Neuer en el partido de ida en el Camp Nou.Alberto Estévez (EFE)

A juzgar por los números previos a la cita en el Allianz Arena, el Bayern tiene muy pocas posibilidades de remontar la semifinal de Champions que le enfrenta al Barça, vencedor por 3-0 en el Camp Nou. El equipo de Luis Enrique nunca encajó más de tres goles: las únicas referencias son el 3-1 del Bernabéu y el 3-2 en París; ha mantenido su portería a cero en 32 partidos y saldó los últimos siete con un parcial de 25-0; alcanzó la cifra récord de 47 triunfos en 55 encuentros y ya son 28 las victorias cantadas desde el gol en propia puerta de Alba en Anoeta. Ocurre, por el contrario, que el Barcelona tomó cuatro tantos la última vez que visitó Múnich y que el campeón de la Bundesliga despellejó en la ronda de cuartos al Oporto (6-1) después de ser abatido en Portugal (3-1). Las cifras se pueden interpretar de muchas maneras y ya se sabe que el fútbol vive de momentos, no tanto de estadísticas, más difícil de escrutar que por ejemplo el baloncesto.

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Aunque Neuer había sacado dos remates de gol, el Bayern sobrevivió en el Camp Nou hasta el minuto 77, un instante fatídico para el equipo de Guardiola: Neymar se cayó en el área, el árbitro se lo miró de reojo, consciente seguramente de que el brasileño ya había cargado con una tarjeta, Neuer sacó rápido para que los azulgrana dejaran de reclamar penalti, Bernat corrió la banda más deprisa todavía y ante tanta carrera y precipitación se interpuso Alves. El lateral se anticipó y armó la jugada de Messi, que respondió con un gol de una violencia sobrecogedora, lleno de furia y de rabia, el 1-0. Enfebrecido, el 10 embelleció la faena con un segundo tanto muy artístico: Boateng se desvaneció sin que el argentino le tocara un pelo para después empequeñecer al gigante Neuer con un toque suave y celestial: 2-0. No fueron más de tres minutos para rematar después la faena en el tiempo añadido con una asistencia a Neymar: 3-0.

La salud del Barça se expresa en las alineaciones: hoy jugarán presumiblemente los once que se saben titulares en los partidos de riesgo porque Luis Enrique no se fía del Bayern

Nadie diría que fue el segundo partido de la Champions en el que Messi tocó menos veces la pelota (64) y que además fue el azulgrana que menos kilómetros recorrió (8,478), a excepción de Ter Stegen (5,870). Guardiola tapó bien a Busquets e Iniesta, se corrigió rápidamente del 3-5-2 al 4-4-2 y resistió hasta que el 10 engrasó la máquina goleadora: 164 en total, 64% marcados por el trío Messi, Suárez y Neymar.

La salud del Barça se expresa en las alineaciones: hoy jugarán presumiblemente los once que se saben titulares en los partidos de máximo riesgo, porque Luis Enrique no se fía del Bayern y hay tiempo para centrarse en la Liga. A pesar de que lleva cuatro partidos sin ganar, Guardiola espera la reacción futbolística del Bayern para replicar a las viejas glorias del club, que ya le piden cuentas. Ha dicho Matthäus: “Parece que los jugadores han perdido la fe en Pep”. Apela Guardiola al juego mientras los alemanes evocan a su carácter indomable, el mismo que acostumbra a romper el partido nada más empezar cuando tocan a rebato en el Allianz Arena.

Las lesiones de Robben y Ribery han dejado sin pegada al Bayern

El problema es que las lesiones de Robben y Ribery han dejado sin pegada al Bayern. Ante el Oporto jugaron Lahm y Götze en las bandas y mandó Thiago. Agradeció entonces el Bayern la serenidad después que la excitación le llevara por mal camino un año antes contra el Madrid. También ganó la posesión en el Camp Nou: 55% frente al 47%. A cambio perdió el partido sin remisión en las áreas: “¿Va a acabar ya esta mierda?”, se preguntó Müller en el estadio después de ser cambiado por Götze. A los alemanes el 3-0 les pareció exagerado y cruel, tanto como a los azulgrana el 4-0 y 0-3 del Bayern al Barça en 2013. “Aún no hemos dicho la última palabra”, sentencian en el Allianz Arena. Las afrentas personales y las revanchas colectivas pueden condicionar un choque emocionante que tiene como botín el billete para la final del 6 de junio en Berlín. Los antecedentes y los porcentajes sirven a veces de bien poco cuando se activa la caldera de pasiones de la Copa de Europa. Las victorias son a menudo cosa de un momento.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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