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ATLÉTICO DE MADRID

Kranevitter: "Simeone es un ganador, es un desafío para mí"

El argentino procedente de River Plate fue presentado este lunes en el Vicente Calderón: hereda el 8 de Raúl García: "Esta es una oportunidad única". Zenit-Utrecht en vivo

MadridActualizado a
Kranevitter: "Simeone es un ganador, es un desafío para mí"
AStv

Cinco minutos pasaban de la 13:30 cuando se escucharon los primeros pasos subiendo por la escalera a la Sala VIP del Calderón. Eran del hermano, padre y novia de Kranevitter, que se sentaron en la primera fila de sillas, a la izquierda. Enfrente ya todo estaba listo.

El escenario, el atril, una silla alta y una pantalla con una imagen detenida, la de Kranevitter. Los periodistas también están preparados. Cámaras, ordenadores listos. Dos minutos después aparece él, Kranevitter, todo de negro; zapatos, vaqueros, camisa y americana entallada con un troquelado de rombos. Cerezo (presidente del Atleti), Caminero (director deportivo), Berta (técnico) y Clemente Villaverde (gerente) van con él.

Cerezo se dirige al atril y habla. “Nuestro estadio abre las puertas para dar la bienvenida a Kranevitter”, dice y mira al jugador que sonríe, tímido, en la primera fila de la derecha. “Es un futbolista con una magnífica trayectoria con River, con quien ganó la Libertadores y disputó el Mundial de Clubes. Su calidad no pasó inadvertida para nuestros ojeadores”, continua el presidente antes de recalcar que la plantilla del Atleti se sostiene sobre unos cimientos de “experiencia y juventud” donde Kranevitter es una palada de futuro más. Y un refuerzo al que llaman próximo Mascherano para un centro del campo con muchos minutos y sin Tiago. “Matías ya ha podido comprobar la pasión con la que la grada vive un partido. En unos minutos sentirás su cariño”, avisó Cerezo, por último, antes de abandonar el atril.

Porque ella, la grada, también está ya preparada, con más de 400 personas esperando desde las 13:00 para ver a Kranevitter por primera vez con la rojiblanca. Poco les queda ya. Arriba, en la sala VIP, Matías ya pisa escenario. La silla alta es para él. El micrófono también. Habla bajito pero claro. “Tenía muchas ganas de venir acá y daré el máximo por esta camiseta”. Esas fueron sus primeras palabras. Y se siente preparado para mostrarlo ya, mañana mismo, en Copa, ante el Rayo. También lo dijo: “Si me toca jugar, voy a estar. Siento capacidad para hacerlo. La confianza de técnico y compañeros es muy importante para mí”. “Sacrificio” para adaptarse cuanto antes no faltará. “Eso siempre estará de mi parte”, apuntó antes de alabar al Cholo. “Es un ganador. Lo ha hecho muy bien: es un desafío para mí”. Como el Atlético, mayúsculo. Porque, reveló, cuando llegó su oferta no hubo más. Era ésa o ésa. “Desde el primer momento: es una oportunidad única para mí”, confesó antes de tomar con delicadeza la camiseta que le ofrecía Cerezo con su nombre y dorsal: llevará el 8. Ese número que fue de Luis, el que hasta agosto llevó Raúl García.

Y enfundado con ese 8 que ahora es suyo, saltaba Kranevitter al césped poco después para dar sus primeros toques. Fueron 15. Con la rodilla, la derecha y la izquierda, caminando hacia esos 400 que no dejaron de aplaudir. Eran las 14:02 cuando las entrañas del estadio le engullían otra vez, la grada se disolvía y la luz se apagaba en la Sala VIP. Pero sólo unas horas. Hoy, a la misma hora (13:30) y sitio, la silla alta y el micrófono esperan otro protagonista; a Augusto, el otro fichaje del invierno 2016 del Atlético.