BARCELONA - ATLÉTICO DE MADRID
Torres se agranda en el Camp Nou: 5 goles y 2 dobletes
El Niño ha marcado 10 dianas al conjunto culé en 16 partidos: nueve con el Atleti y una con el Chelsea, en ‘semis’ de Champions. Es su víctima favorita.
Barcelona - Atlético en directo
Simeone lo anunció tras la goleada al Betis en el Calderón: “Torres jugará en Barcelona, ya lo he hablado con él”. Ayer, en la rueda de prensa en el Camp Nou, no profundizó sobre los motivos que convierten al Niño en la mejor opción: “La razón es que es mi decisión contar con él para este partido”. El preparador argentino no lo verbalizó, pero la explicación es así de simple: a Fernando Torres se le da bien el Barcelona.
El Niño llegará al Camp Nou afilado, entonado tras un parón internacional en el que aprovechó para hacer un plan específico que realce su estado de forma de cara al tramo final de temporada. La tunda del Atleti al Betis en el último partido de Liga es la mejor prueba de ello: Torres hizo el primer gol, participó en el segundo y pudo aumentar su cuenta, de no haber sido por el acierto de Adán bajo palos. Mezcló soberbiamente con Griezmann: entre ambos sumaron tres goles y diez disparos entre los tres palos.
Torres ha demostrado a lo largo de su carrera que tiene facilidad para ver puerta frente al Barcelona: le ha hecho 10 goles en los 16 partidos que ha jugado contra los culés. Es su víctima favorita, por encima de Villarreal (9 goles) y Chelsea (7).
Cinco de esas diez dianas llegaron en el Camp Nou, escenario del primer asalto en la búsqueda de las semifinales de Champions. Torres ha firmado dos dobletes en territorio azulgrana: en la Liga 04-05 y en la 05-06; en ambos casos, el Atleti se llevó los tres puntos. Su quinto gol allí, el único sin la camiseta rojiblanca, lo logró con el Chelsea. Abril de 2012, vuelta de semifinales de la Champions League: con el Barça venciendo 2-1 y acosando a los blues ante la necesidad de otro gol, el Niño cazó una contra que le dejó solo ante Valdés. Dribló al guardameta y anotó a placer el 2-2. Aquella temporada acabaría levantando la Champions en Múnich. ¿Un augurio, tal vez?