Los Cavaliers no eran favoritos en esta Final 2016 a priori, pero lo son menos después de su incontestable derrota del primer partido, en el que los Warriors no usaron sus armas más poderosas (Curry, Klay Thompson) sino una combinación absolutamente eficiente de defensa y producción de la segunda unidad. La derrota, desde luego, no es definitiva. Los Warriors acaban de eliminar tras empezar 0-1 a los Thunder, que a su vez dejaron fueron a los Spurs a pesar de haber sido vapuleados por estos en el inicio de su semifinal del Oeste.

Pero es obvio que los Cavaliers tienen que sumar, y cuanto antes, y que salir de Oakland con un 2-0 en contra sería una losa casi imposible (a priori) de salvar. El axioma de los playoffs dice que mientras no pierdas en tu casa, seguirás teniendo opciones hasta el último día, pero la realidad pasa por un rival que viene de ganar 73 partidos, que en toda la temporada solo ha perdidos dos seguidos en la final del Oeste ante los Thunder y que no ha encajado tres derrotas consecutivas en toda la era Kerr. Ningún equipo de más de 65 victorias en Regular Season ha perdido unas Finales si ha llegado a ellas, y la diferencia de triunfos en temporada (+16, 73-57) también garantiza históricamente el título para los de la Bahía. Una montaña de datos sepultan a estos Cavs… salgo que ganen el segundo partido y le den la primera sacudida importante a las Finales.

Y ahí los de Ohio tienen datos para aferrarse a sus opciones. Y tienen que ver, como siempre, con LeBron James. Incluidos los playoffs 2009 y hasta ahora, el Rey tiene una marca de 9-0 en los segundos partidos que ha jugado tras haber perdido el primero. Nueve triunfos seguidos que se abrieron ante Orlando Magic en aquella final del Este 2009 y que llegan hasta la pasada Final, cuando también en Oakland sus Cavs ganaron el segundo partido a pesar de haberse quedado sin Kyrie Irving en la resolución del primero. De esos nueve, cuatro han sido en Finales: la citada de 2015 y, en Miami, las dos anteriores ante los Spurs (2014 y 2013) y la de 2012 ante los Thunder, en la que James ganó su primer anillo. En esas nueve victorias tras derrota, LeBron promedia 29 puntos, 8,4 rebotes y 6,2 asistencias. Y en las cuatro que fueron en Finales: 30,8+10,5+6,5. El año pasado, los Cavs asaltaron el Oracle con 39 puntos, 16 rebotes y 11 asistencias de LeBron… y un 2/15 en triples de Stephen Curry.

Así que LeBron conoce de sobra el terreno que pisa: esta es su séptima Final y solo una vez comenzó ganando el partido inaugural: en 2011 ante los Mavericks, que precisamente luego fueron campeones. En sus dos anillos comenzó perdiendo (2012 y 2013)… como también comenzó con derrota en su debut en la lucha por el título, el 4-0 que le endosaron los Spurs a los Cavaliers en 2007.

Nunca ha perdido siete veces contra el mismo equipo

Además, hay otro dato curioso que estará en juego en el segundo partido: LeBron James nunca ha perdido siete veces seguidas contra el mismo equipo en sus trece años en la NBA. Hasta ahora el máximo eran seis, ante Boston Celtics y entre 2010 y 2011. Una serie que incluyó su eliminación con los Cavs en segunda ronda de playoffs (2-4), con tres derrotas seguidas a las que siguieron otras tres en su estreno en Miami Heat. Esa cifra ha sido igualada por los Warriors, que van a por la séptima. LeBron no ha ganado a Curry desde el tercer partido de las Finales 2015: perdió los tres siguientes y el título, los dos duelos de la última Regular Season y el primero de la actual Final. Le toca reaccionar, otra vez.