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Arda deja de sonreir

La estrella de la selección turca se rebela contra las críticas recibidas por su mal partido ante Croacia

Ladislao J. Moñino
Arda Turan en un entrenamiento de Turquía.
Arda Turan en un entrenamiento de Turquía.YVES HERMAN (REUTERS)

Serio, sin esa sonrisa eterna que le caracteriza, Arda siguió cabizbajo la estela del seleccionador turco Fatih Terim, su padre deportivo. Ya en la tarima, el alegórico mediapunta que asegura que es bueno reírse hasta en las finales, se ajustó los auriculares para la traducción y lanzó una mirada desafiante que pareció contener su malestar por la ola de críticas que recibió en su país tras la derrota con Croacia. “Mi actuación personal”, admitió de salida, “no fue la mejor, he hecho autocrítica como capitán”.

Sin haber logrado asimilar el estilo Barça, y con seis meses parado por la sanción de la FIFA que impedía al club azulgrana inscribir jugadores, Arda Turan se presentó en esta Eurocopa como el líder espiritual de Turquía. Esperaba encontrar en la selección ese protagonismo que demanda su personalidad y una liberación de un mal año. Responde a ese perfil de los dieces que necesitan sentirse el principio y el fin del juego ofensivo. Aterrizó en Francia. Durante los días previos al estreno con Croacia, Arda lucía perenne sonrisa y arengaba a los muchachos más jóvenes. Se había retocado la barba y repasado el corte de pelo. Hasta que con la derrota ante Croacia le cayó el peso de ser la estrella de un país tan pasional como visceral, en el triunfo y en la derrota.

En Turquía todo lo que hace o dice llena periódicos e informativos. Su personaje alcanzó tal trascendencia que decidió vender un Aston Martín para rebajar su perfil. A veces, incluso ha tenido que ser recatado a la hora de admitir que uno de sus ídolos fue el recientemente fallecido Muhammad Alí para no herir ciertas sensibilidades.

Terim: "Nos vale el empate"

L. J. M.

Terim no paró de defender a Arda en su comparecencia y también se refirió a los distintos roles: “Soy su entrenador en el equipo nacional. No tiene nada que ver conmigo en cómo juega en el Barcelona, ni viceversa. Arda puede jugar por banda”.

El seleccionador turco ve excesivo que toda la culpa de la derrota se haya cargado sobre las espaldas de su jugador predilecto. “No quiero que la responsabilidad recaiga solo sobre un jugador, esto es un deporte de equipo”. Sobre el partido con España, Terim dijo: “Ellos te meten atrás, aunque no quieras. Nos vale el empate porque nos permite seguir vivos en el torneo”.

“El partido contra Croacia”, advierte Arda con la cabeza alta y un tono seco, “fue el primero”. “La mayoría de jugadores no tienen tanta experiencia. Estoy un poco decepcionado quizás por la manera en que me han criticado, que no ha sido muy buena. No quiero decir nombres, pero tenemos jugadores jóvenes y no deberían haber sido criticados tanto”, espetó. Arda se erigió en escudo de la nueva camada de jugadores turcos que se vieron sobrepasados en el debut ante los croatas. No hizo lo mismo con su propia figura.

“No tengo que probar nada a nadie, voy a hacer lo mejor para mi país”, prosiguió. Estos días se han estado analizando los distintos papeles que Arda juega en el Barcelona y en su selección. Él prefiere la libertad y el peso que tiene con Turquía, donde se siente un jugador definitivo. En el Barcelona le ha costado asimilar que otros, como Messi o Neymar, sean los principales responsables de la inventiva. En el Barça, Arda parece sentirse un centrocampista funcionarial. “Aquí juego en una posición distinta, en el Barça lo hago en el centro del campo. Con Turquía tengo más responsabilidades y tengo que crear más peligro en las zonas de ataque”.

Su irritación quedó patente respuesta tras respuesta. En una de ellas, cuando fue preguntado por el supuesto interés del Barça en un compatriota, el lateral derecho Gonul, fue cortante. “Claro que tiene mucha calidad, puede jugar en cualquier equipo, pero no estoy aquí para hablar de él”.

Fatih Terin, el volcánico y sentido seleccionador turco, el entrenador que convenció a Arda de que podía jugar en distintas posiciones del ataque cuando empezaba a despuntar, el hombre cuyas hijas son amigas de su estrella, quiso hacer hincapié en las palabras de Arda. “En nuestro país han hablado un poco feo. Cuando pierdes siempre se exagera e inventan historias y escenarios. Y lo que quería decir Arda es que todos esos han salido de la cueva tras perder un partido”.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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