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Que la sociedad necesitamos a la prensa, y en especial a la comprometida de verdad con las causas justas, es un hecho. En la memoria colectiva necesaria de todo país que se precie, está el homenaje a sus caídos; y los periódicos escritos son garantes de la historia. En España, el recuerdo a las víctimas del terrorismo debería ser algo natural. Pero, desgraciadamente, para algunos parece no serlo. Y por eso, es muy de agradecer que la prensa esté involucrándose en sus portadas en el homenaje a Miguel Ángel Blanco, asesinado por la mafia etarra hace 20 años. Homenajearle a él, es homenajear a todas las víctimas. Recordarle a él, no resta a los demás; se comparte el reconocimiento y el respeto debido. Lo que sí resta es el desprecio y el olvido. Bien por la prensa en recordarnos lo que significó la rebelión cívica de la sociedad en aquel Espíritu de Ermua contra el terrorismo. Todavía queda mucho por hacer, frente a los sucesores proetarras que, como caballos de Troya, están en las Instituciones democráticas. Por los centenares de Miguel Ángel que cayeron, es más que tiempo de no olvidar lo inolvidable, y de evitar que los etarras se salgan con ninguno de sus cobardes objetivos.
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El Rincón del Lector: “Ermua fue la tumba del terrorismo de ETA”

Los lectores de EL PAÍS recuerdan a Miguel Ángel Blanco en sus cartas al director

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